Tuesday, April 08, 2008

APUNTES PARA LA REFLEXIÓN TEOLÓGICA


EL SER DE DIOS

La Existencia de Dios
Cuando la iglesia cristiana comenzó su expansión dentro de un mundo culturalmente dominado por los griegos (cultura helénica) la cuestión personal paso de ser una cuestión de religiosidad tribal (¿Cuál Dios es mas fuerte?) a una cuestión de orden intelectual enfocada hacia la existencia de Dios.
Los filósofos griegos de aquel entonces habían tomado un tipo de monoteísmo un tanto diferente del monoteísmo cristiano; ellos sostenían la existencia de un Dios creador mas allá de toda la gama de dioses que el pueblo adoraba.
Sin embargo la proclamación del evangelio levanto preguntas acerca de la relación entre el Dios de los cristianos y la Causa Primera del Mundo que los pensadores griegos reconocían. En respuesta a esto, muchos pensadores cristianos adoptaron el evangelio con el pensamiento de los filósofos. En otras palabras ellos desarrollaron una forma filosófica de aproximarse a la teología.
La aproximación griega se concentraba en la argumentación intelectual; es decir, el debate acerca de la posibilidad de encontrar pruebas intelectuales para creencias teológicas. Los pensadores cristianos adoptaron también este estilo y el nuevo “focus” fue la demostración intelectual de la existencia de Dios.
Las primeras argumentaciones cristianas no fueron simples discursos en defensa de la fe sino confirmaciones intelectuales de apoyo para la fe que buscaba el sustento intelectual. Fue Anselmo de Canterbury quien hizo eco de las palabras de Agustín: “Yo no busco comprender lo que yo creo, sino que yo creo para comprender”. Desdichadamente esta intención desencadeno el efecto opuesto, incluyendo el escepticismo y ateismo. “La fe buscando comprensión” se torno en “la comprensión intelectual como requisito previo a la fe”
Así, comenzando con la Edad Media y yendo hacia la Era del Iluminismo, los pensadores cristianos desarrollaron tres tipos de pruebas teístas.

El Argumento Ontologico
Este primer grupo busca probar la existencia de Dios A PRIORI (independientemente de o antes de nuestra experiencia).
Esta prueba es llamada también ONTOLOGICA debido a que pretende demostrar la existencia de Dios por el simple hecho de tener una idea de Él.
Dos formulaciones clásicas fueron hechas por Anselmo de Canterbury (1033-1109 DC) y por el filosofo francés Rene Descartes (1596-1650), los cuales clamaban que Dios no podía ser una simple idea en nuestras mentes sino que debía de tener una existencia en la realidad.
Anselmo definió a Dios como “eso que es lo más grande que puede ser concebido en nuestras mentes”.[1] Él sostenía que “O Dios existe solo en nuestras mentes o existe en nuestras mentes y en la realidad”. Por lo tanto la deducción lógica era que si Dios existía solo en nuestras mentes no podía ser lo más grande concebido; entonces Dios si debe existir en la realidad también.
Por su parte, Descartes, en su Quinta Meditación[2] sostenía una definición similar. Él definía a Dios como “el Ser supremamente perfecto”. Pero si Dios no existía en la realidad entonces este ser carecía de la cualidad de la existencia, lo cual lo hacia imperfecto. Por lo tanto, si Dios solo existe en la mente pero no en la realidad entonces no es el Supremo ser perfecto.

Hubo por supuesto rechazos a este tipo de argumentación. Tomas de Aquino (1225-1274) rechazo la tesis de Anselmo sosteniendo que ningún conocimiento puede adquirirse aparte de la experiencia de los sentidos. Él decía que: “No hay nada en la mente que no haya estado primero en los sentidos”.
Por su parte, el luterano Emmanuel Kant (1724-1804), respondió a la formulación de Descartes diciendo que el enunciado de Descartes esta falsamente presuponiendo que la existencia es un atributo (o un “predicado”). Kant sostenía que este tipo de argumentación sobreestimaba la importancia del lenguaje. Palabras como “es” y “existe” funcionan gramaticalmente como predicados (por lo tanto la afirmación “Dios es” es gramaticalmente valida) pero no funciona lógicamente en el mismo sentido.

El Argumento Cosmológico y Teleológico
Este segundo tipo de evidencias se dedico a demostrar la existencia de Dios A POSTERIORI; es decir, buscando la evidencia provista por los sentidos.
El sentido de las pruebas a posteriori sostiene que Dios reposa detrás del mundo. Algunos argumentos sostienen que Dios es la ultima causa del mundo (cosmológicos) mientras que otros sostienen que Dios debe existir como la causa de algún aspecto del mundo que nos muestra diseño u orden (teleológicos).
Tomas de Aquino desarrollo una serie de argumentos a posteriori conocidos como “Las Cinco Vías del Conocimiento”. Estas van desde la revisión de características empíricas del mundo natural hacia Dios como la causa de cada aspecto de la Creación.
La creación es “movida” (esta en movimiento), por lo tanto Dios es el primer movimiento. La creación es un efecto, por lo tanto Dios es la primera causa. La creación no es necesaria en si misma, por lo tanto Dios es su propia necesidad y la necesidad de todo el mundo. En la creación hay diversos tipos de cosas, algunos con mayor valor que otras, por lo tanto Dios es el valor mas alto o el ser perfecto. Finalmente, la creación tiene una meta, por lo tanto Dios es quien dirige la creación hacia su meta.
Otro interesante argumento, esta vez teleológico, fue expresado por el científico William Paley (1743-1805), quien uso la ampliamente conocida analogía del reloj y el relojero. “Un preciso y complejo reloj demanda la existencia de un relojero”, por lo tanto la deducción nos lleva a la conclusión de un Supremo Arquitecto el cual es Dios.

La respuesta no se hizo esperar pues David Hume (1711-1776) rechazo este tipo de argumentación y sostuvo que no existe una relación lógica entre la experiencia humana captada a través de los sentidos y las conclusiones a las cuales se arriva. Es decir, la conclusión de que es Dios quien esta detrás de todo es en realidad una presuposición

El Argumento Moral
Un tercer tipo de argumento se sostiene en la idea de que el ser humano es un ser moral. Fue Kant quien ofreció la formulación clásica. Kant noto que todo ser humano vive con un sentido de DEBER; esto no quiere decir que todos los seres humanos comparten un mismo código moral, sino que detrás de varios códigos humanos de moralidad descansa un sentimiento común de un ser moral (amor a los padres, a los hijos, cuidado con los niños, etc.). Por lo tanto Kant concluyo diciendo que si esta experiencia de obligación moral tiene algún significado para el mundo entonces Dios debe existir así como el hecho de que la buena conducta debe ser recompensada y la mala debe ser castigada. Este argumento moral requiere la existencia de un poder supremo que se encargue de la recompensa y el castigo

Como los argumentos anteriores, el argumento moral tuvo sus críticos. Fue Bertrand Russell (1882-1970) quien sostuvo que toda percepción moral apela a un juicio de valor (un juicio de valor significa darle valor a algo por ejemplo la distancia para un pasajero siempre es mas corta que para un chofer). Todo juicio de valor depende del que habla, por lo tanto la moral es individual, subjetiva y relativa.

Todo lo dicho anteriormente nos lleva a la ingrata conclusión de que no es posible demostrar a Dios filosóficamente tal como quisieron hacerlo los antiguos pensadores cristianos. La filosofía no es una buena base para la teología pues cuando la primera cae, la segunda lo hará inmediatamente después. Vayamos a la cuarta opción.

La Convicción Cristiana
Toda teología depende de la autorevelacion de Dios. En otras palabras, no hay nada que podamos descubrir de Dios que El no nos haya revelado primero. Por lo tanto la teología cristiana comienza con dos presuposiciones básicas:
- Dios existe, y
- Dios se ha revelado al ser humano y esa revelación ha sido plasmada por escrito en la Biblia.

Tomaremos como punto de partida para nuestra discusión acerca de Dios el texto de Éxodo 3:14 (LEER). En esta autorevelacion Dios da a conocer su nombre en relación con el verbo hebreo hayah (ser, existir o acontecer. Ver nota explicativa en Reina Valera 1995, p.97). En otras palabras Dios es aquel que siempre es pero siempre como Él quiere ser; Dios no se limita a formas de aparición fija o a parámetros humanos. Es interesante la comparación que podemos establecer acerca de Dios en ambos testamentos:
A.T N.T.

No se limita a ninguna forma Se limita a la forma de Cristo
Es primordialmente Santo (Is./Ez.) Él es amor (1 Juan 4:8, 16)
Él es el otro (Vuestro Dios, El Señor) Él es nuestro
El no es hombre (Num.23:19) Él es hombre (Jesús)
Él es Señor Él es Padre (Abba)



Además de todo esto, la revelación de Dios no solamente es una revelación acerca de su persona sino también acerca de su propósito (Éxodo 3:7,8). Esta revelación es también la clave de toda la Escritura: la Biblia es la historia de la salvación, es la historia de lo que Dios ha hecho por el hombre.

Es interesante apreciar que a pesar de las diferencias entre A.T. y N.T., Dios es un Dios de la historia. El pensamiento griego helénico conceptúa a Dios como un ser que reposa en sí mismo, en su ser y es el que habita sin tiempo mas allá de la historia o por encima de ella. Para nosotros, Dios es un Dios que acompaña a su pueblo y se hace parte de la historia en Jesús.
Por esta razón el énfasis de los hebreos no esta en la omnipotencia o la omnisciencia de Dios) cual es mas un énfasis filosófico griego sino en lo personal, en las cualidades morales como paciencia, justicia, amor, perdón, etc. Todo el énfasis o todas las descripciones antropomórficas (Núm. 11:23 = mano; 2 Cro. 16:9 = ojo, etc.) tienen la finalidad de subrayar el aspecto personal de Dios. Él es un redentor personal que entra en relación con el hombre (Génesis 3 Þ busca a Adán; Génesis 18 Þ llama a Abraham amigo; Éxodo 33 Þ habla cara a cara con Moisés, etc.)
Dios es INMANENTE, es decir, esta aquí con nosotros; pero es también TRASCENDENTE, es decir, él vive en la eternidad y a la vez en el corazón de los humildes (Is. 57:17).
Ahora bien, el cristiano acepta por fe la verdad de la existencia de Dios; sin embargo, esta fe no es una fe ciega sino que es una fe que se basa en la evidencia, la cual esta fundada en la Biblia. La fe viene primero y después la evidencia (Juan 6:65, 66). La evidencia nunca precede a la fe sino que siempre es a la inversa. El ser humano debe de creer primero antes que se confirme su fe, sino esa no es una fe bíblica (Juan 20:29). Un ejemplo de fe bíblica en el A.T. es 1 Sam. 17:32-37 (David y Goliat). De las experiencias del pasado David toma más fe. Su fe es primero y la victoria sobre Goliat viene después.
Es inútil probar la existencia de Dios para aquellos que se rehúsan a creer y es innecesario para aquellos que ya creen.

Si buscamos dar una respuesta al porque y entender a Dios sin una revelación previa, nuestro esfuerzo será FILOSOFIA; si tratamos de comprender a Dios por medio de nuestros sentimientos nuestro esfuerzo resultara en MISTICISMO y si tratamos de agradar a Dios solo viviendo una vida “agradable y respetable” nuestro esfuerzo resultara en un MORALISMO. La Biblia nos enseña que cualquier producto de la mente humana que imagine a Dios, aparte de la Biblia, resulta inútil y termina en idolatría (Is. 44:6; 46:5-9).

La existencia de Dios es la gran presuposición cristiana[3]. Sin embargo nuestra presuposición no es vaga, no nos referimos a “algo” que podrá llamarse Dios, sino a un SER que existe en sí mismo, es conciente de sí mismo, es una persona, es causa de todo lo que existe, trasciende la creación entera y al mismo tiempo es inmanente a ella.
Nuestro Dios se revela mediante sus actos (su acción en la historia) y mediante sus palabras (la Biblia explica su acción). De todo esto podemos concluir principios pero nunca podremos interpretar infaliblemente como actuara Dios otra vez de manera específica.

El Conocimiento de Dios
Junto con nuestra afirmación de que “Dios existe” va nuestro testimonio acerca de conocer a Dios. Como cristianos, nosotros declaramos que el Dios quien ilumina toda la creación y nuestra humana experiencia es el Dios quien se ha hecho a sí mismo conocido a nosotros a través de Jesús de Nazaret. En Jesús nosotros podemos conocerle y finalmente dar una respuesta al asunto del conocimiento de Dios En otras palabras, nosotros afirmamos que aunque Dios es incomprensible (no puede ser limitado por la mente humana), Él es conocible.
Job 11:7; Isaías 40:18 expresan que Dios es incomprensible o que es imposible tener un conocimiento completo de Dios y por eso definirle lógicamente. Sin embargo, 1 Juan 5:20 nos dice que Dios puede ser conocido y Juan 17:3 nos dice que el conocimiento de Dios es requisito para salvación.
Existen también otras opiniones:
El Catecismo de la Iglesia Católica (Primera parte, Primera Seccion, Cap.II, Art. 50) sostiene que Dios puede ser conocido por la razón humana y la contemplación de las obras de la creación.
Karl Barth (Bosquejos de Dogmática, Cap. III, 1954) sostiene que Dios no se encuentra en la historia, ni en la naturaleza, ni en la experiencia humana, sino que es conocido solamente por la revelación especial que tenemos en la Biblia.
Los evangélicos afirmamos que aunque es cierto que el hombre puede encontrar algunos indicios de la naturaleza de Dios en la “revelación general” (su poder y su sabiduría Rom.1: 18 ss.), un verdadero conocimiento de Dios es solamente posible a través de una revelación especial.

Nosotros afirmamos que la auto revelación de Dios es indispensable para todo conocimiento de Dios. ¿Cómo conocemos? En general las cosas son conocidas a través de nuestros sentidos. Sin embargo, la realidad personal no es conocida a través de los sentidos sino directamente de cada persona. El único medio de conocimiento acerca de otras personas es la revelación, que en caso de los seres humanos puede ser voluntaria o involuntaria. Nosotros podemos, hasta cierto punto, informarnos acerca de una persona por sus actos, gestos, etc. Pero la manera más segura de conocer a alguien es la revelación directa y voluntaria, cuando la persona exterioriza sus pensamientos, afectos y desagrados mediante palabras. Todas estas consideraciones son importantes para la teología cristiana porque nuestro Dios es una Persona.

En las ciencias, el hombre se coloca por encima del objeto estudiado y lo investiga activamente utilizando métodos apropiados y formula conclusiones de acuerdo con su observación. En la teología, que no es otra cosa que la sistematización de nuestro conocimiento de Dios, dependemos enteramente de la información que Dios mismo nos provee. El hombre conoce a Dios cuando Dios se complace en revelarse. Aun después de la revelación objetiva, no es el raciocinio humano lo que descubre a Dios sino Dios mismo, quien por el Espíritu se descubre al ojo de la fe (Hebreos 11:6).

Si queremos sintetizar todo lo dicho anteriormente podemos decir que hay tres significados a la expresión “conocer a Dios”: un conocimiento a través de la razón, el cual siempre es insuficiente y además nunca es seguro; un conocimiento a través de la experiencia, el cual siempre es subjetivo y discutible; y un conocimiento a través de la auto revelación de Dios el cual es el más exacto de todos porque es provisto por la misma fuente, que es Dios mismo.

[1] Anselmo, Proslogium, en San Anselmo: Escritos Básicos. La salle, III.: Open Court, 1962, p.7.
[2] Descartes, Rene. Discurso del Metodo y las Meditaciones, trad. Lawrence Lafleur, Library of Liberal Arts edition, Indianápolis, Bobbs- Merril, 1960.
[3] Todas las teorías son presupuestos: evolución, concepto materialista del mundo, etc.

Wednesday, April 02, 2008

HISTORIA DE LA TEOLOGÍA OCCIDENTAL


Es importante tener en cuenta algunos aspectos del desarrollo de la teología aun cuando este curso introductorio no es en sí mismo un curso de historia. La razón principal es considerar el impacto que la tradición ha tenido en la herencia de muchas iglesias y denominaciones evangélicas.

En un sentido puede decirse que la historia de la teología es la historia de los énfasis que los teólogos han dado a diversos aspectos de la verdad cristiana a lo largo de los siglos. Por otro lado también podemos afirmar que la historia de la teología es la historia de cómo ciertos movimientos culturales han influido en la fe cristiana. Recordemos brevemente cual fue el contexto en el que nació el evangelio. La Biblia nos sitúa en el tiempo de Augusto César y de Poncio Pilato. En el libro de los Hechos hay mucha información sobre Roma. La Iglesia Cristiana surgió durante la época del Imperio Romano, el cual fue caracterizado culturalmente por lo que denominamos el mundo helénico, termino que alude a la cultura grecolatina o también conocida como cultura clásica. Hubo muchas corrientes filosóficas en aquel tiempo tales como el Platonismo, el Estoicismo, el Epicureismo y muchos cultos de influencia mística. El apóstol Pablo trato de adaptar el evangelio a estos grupos como lo muestran los libros de Hechos y las cartas a los Corintios y a los Colosenses (Hechos 17:16-32; Colosenses 1:15-20; 2 Corintios 4:18-5:2), pero siempre mantuvo el elemento critico del evangelio en relación con la “sabiduría humana” (1 Corintios 1:18-23).

Sin embargo, después de la Edad Apostólica los cristianos se vieron obligados a defender el evangelio ante el ataque de los filosos paganos. Algunos teólogos como Tertuliano, rechazaron la idea de un acercamiento a la cultura clásica de Grecia y Roma; otros como Justino Mártir, Clemente de Alejandría y Orígenes siguieron el ejemplo de San Pablo de ingresar con el evangelio al contexto de la época. Desafortunadamente, en su intento de responder a las críticas, introdujeron a la teología cristiana los conceptos filosóficos y las categorías culturales de su tiempo. Esta tendencia continuó por mucho tiempo hasta llegar a San Agustín y al fin del Imperio Romano de Occidente.

La filosofía que más influencio en la teología en esta época fue la de Platón: Esta penetración filosófica tuvo varias consecuencias. Primera, la teología comenzó a ser interpretada por medio de un sistema metafísico, lo cual es ajeno al pensamiento bíblico pues la Escritura no expresa ningún tipo de sistema filosófico como base. Segunda, la influencia de un sistema idealista. El Platonismo considera que la realidad fundamental no se encuentra en las cosas que vemos en la tierra sino en las “ideas” que se encuentran solamente en el cielo. Los seres humaos, aquí en el mundo solamente podemos apreciar las sombras imperfectas de estas ideas. Como resultado de esta distinción entre la dimensión física y la espiritual se estableció un dualismo implícito entre el cuerpo y el alma del ser humano. Los escritores bíblicos lucharon contra el gnosticismo del primer siglo que promovía una distinción semejante a la del platonismo. En el siglo III el filosofo Plotino reintrodujo el sistema de Platón y este tuvo un gran impacto en algunos de los teólogos más importantes de este periodo como Orígenes y Agustín. Este dialogo con la filosofía ayudo a los teólogos a comunicarse con el mundo grecolatino. Sin embargo, las ideas paganas, tanto como las estructuras de los sistemas filosóficos ejercieron tanta influencia sobre la teología que esta se torno más filosófica que bíblica.

El desarrollo más significativo de la Iglesia Antigua fue, tal vez, la definición básica de las doctrinas claves: la divinidad de Cristo y la Trinidad (Nicea 325 a.C.; Constantinopla 381 d.C.; Efeso 431 d.C.; y Calcedonia 451 d.C.). En esta época, el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, principalmente por razones políticas. A pesar de ello, los concilios mencionados nos han legado la base de la teología cristiana y un resumen de la enseñanza bíblica sobre Dios el Padre, Cristo el Hijo y el Espíritu Santo.

Durante los siglos subsiguientes a la caída del Imperio Romano, la iglesia cristiana entro en decadencia. Los Musulmanes conquistaron mucho territorio del lado oriental del imperio, el cual había sido cristiano hasta entonces. Por otro lado, el cristianismo de occidente también comenzó a declinar. En el siglo XI se produce un renacimiento de la teología con Anselmo de Canterbury. La obra de Anselmo revela la influencia de los grandes teólogos hacia el final del Imperio Romano. Utilizando la filosofía platónica, Anselmo formulo su famosa “prueba de la existencia de Dios”. La “prueba ontológica” como fue conocida la argumentación de Anselmo impacto a los filósofos y teólogos hasta la época de Descartes (siglo XVII). La preocupación por estos temas nos permiten apreciar la importancia que la teología de aquel entonces le dio a la filosofía occidental. La Biblia no expresa ninguna prueba formal acerca de la existencia de Dios, dado que la existencia es un presupuesto que no necesita demostrarse. El interés teológico en estos asuntos muestra la dependencia de estos hacia la filosofía.

En el siglo XIII, Tomas de Aquino, uno de los teólogos más importantes de toda la historia cristiana escribió su gran obra “Summa Teológica”. Esta obra es un compendio de todas las doctrinas básicas de la fe cristiana. La obra de Aquino tiene muestras de la influencia platónica de su autor, pero principalmente expresa mucha influencia de Aristóteles, el cual había sido redescubierto en Europa durante el siglo anterior a través de los escritos del filósofo árabe Averroes. La teología de Aquino ha sido la base de la teología católico-romana hasta el siglo XX.

El sistema tomista (de Aquino) permaneció como la filosofía de cabecera de todo teólogo occidental hasta el siglo XVI. No obstante, esta teología tuvo también sus críticos. Los teólogos ingleses John Duns Scotus y William de Occam cuestionaron la teología tomista por su excesiva orientación filosófica. A pesar de todo esto, la teología de Tomas de Aquino se convirtió en la teología oficial de la Iglesia Católica. Durante el siglo XVI se levantaron criticas mas duras que durante la Edad Media.

Fue el sacerdote agustino Martín Lutero quien lanzo una protesta contra toda la Iglesia Católica de Roma, la cual incluía una critica a su teología. Lutero afirmaba que la Biblia era la autoridad básica de todo creyente, en lugar de la Iglesia y el Papa como lo estipulaba Roma. Asimismo, Lutero rechazo el sistema sacerdotal de la iglesia medieval y enfatizo la doctrina bíblica que afirma el sacerdocio universal del creyente. También insistió que la iglesia de Roma enseñaba un sistema de salvación por obras. En sus comentarios sobre los libros e Romanos y Galatas, Lutero proclamo la salvación solamente por la fe en Jesucristo sin la necesidad de realizar buenas obras.

Pero Lutero no fue el único; le siguieron otros: Zuinglio y Bullinger en Suiza; Melanchton, el cual trabajo con Lutero, en Alemania; y Juan Calvino en Ginebra. Aun cuando Lutero inicio la reforma protestante, fue Calvino quien dio forma al movimiento que esparció la reforma por los demás países de Europa, Gran Bretaña y finalmente Norteamérica. Todos estos reformadores fueron excomulgados por la Iglesia Católica. La época que siguió a la reforma se caracterizo por la polémica, la guerra y la persecución entre protestantes y católicos. Incluso los mismos protestantes pelearon entre ellos.

Alemania y Suiza fueron testigos del origen de otro movimiento reformador; este se llamo la Reforma Radical. Este movimiento estuvo dirigido por Menno Simons y Tomas Muntzer, y tuvo como objetivo el realizar una reforma mas profunda que la realizada por Lutero. El énfasis estuvo en las enseñanzas apocalípticas de la Biblia.

Durante la primera parte del siglo XVII la situación en Europa era caótica debido a las controversias, algunas de ellas muy sangrientas, entre los grupos reformadores y la Iglesia Católica. Los seguidores de Lutero y Calvino buscaban un apoyo teórico para defender sus posturas: Irónicamente lo encontraron en la filosofía de Aristóteles, la misma que Lutero había rechazado en la teología de Santo Tomas. La teología, aun las confesiones del siglo XVII muestran una preocupación por la teología sistematizada en una forma estática que no se encuentra en los escritos de Lutero, Calvino y Zuinglio.

Con la ubicación de Aristóteles en la teología protestante, la fuerza de dicha teología dependía mucho de la recepción del aristotelismo en el mundo occidental. La influencia aristotélica continuó hasta el siglo XVIII. Los católicos y los protestantes debatieron sobre la misma base metodológica; sin embargo, con el surgimiento del método científico y de nuevas escuelas de filosofía, la importancia de Aristóteles comenzó a disminuir. Esta época tuvo como nombre “El Iluminismo” y represento una tendencia más secular en la vida europea. Muchos abandonaron su creencia en los milagros y, en general, en todo lo sobrenatural. Los argumentos de Aristóteles dejaron de convencer. El acontecimiento crucial en este proceso fue la publicación de la Critica de la Razón Pura (1781) por el filosofo alemán Emmanuel Kant. En su obra, Kant lanza una dura crítica no solo a la filosofía aristotélica sino a toda la filosofía de su tiempo. Por medio de un análisis brillante, demostró que todos los argumentos racionales para probar la existencia de Dios no tenían ninguna validez. Según Kant, era imposible saber si Dios existe o no. La teología entró en crisis.

La época moderna presenta dos tendencias básicas en la teología protestante. La primera de ellas fue una reacción a la filosofía de Kant. Algunos teólogos alemanes del siglo XIX aceptaron esta filosofía como el punto de partida para la teología; entre otros podemos mencionar a Friedrich Schleiermarcher, Albert Ritschl y Adolf Harnack. Este fue el origen de la escuela “liberal” que abandono la orientación clásica en pos de una teología más “moderna”. Esta nueva corriente tuvo un impacto grande no solo en Alemania sino también en los demás países de Europa y en los Estados Unidos.

Una característica distintiva de los liberales fue su percepción de la Biblia. La Biblia fue aceptada como cualquier otro libro antiguo y fue analizada de tal manera. Durante el siglo XIX la ciencia tomo nuevos rumbos, especialmente en la biología (el evolucionismo de Charles Darwin); la psicología (el psicoanálisis de Freud); y las ciencias sociales (las obras de Karl Marx, Emile Durkheim y otros). Todo esto constituyo un desafío para la teología e impacto fuertemente la teología liberal.

Por otro lado, no todos los teólogos aceptaron el liberalismo. Algunos teólogos alemanes como Friedrich Tholuck y Martín Kahler; holandeses como Abraham Kuyper y Hermann Bavinck; los británicos como P.T. Forsyth y James Denney y los norteamericanos Charles Hodge y B.B. Warfield lo criticaron fuertemente y defendieron una teología conservadora, semejante a la teología de la Reforma pero con la finalidad del aristotelismo del siglo XVII.

La Iglesia Católica experimento también un movimiento liberal. Algunos de los pensadores más importantes de esta línea fueron Hernann Schell (Alemania); Alfred Loisy (Francia) y George Tyrrell (Inglaterra). Sin embargo, la Iglesia Católica experimento un renacimiento tradicional en el mismo siglo con el Concilio Vaticano II.

A principios del siglo XX hubo muchos debates entre teólogos conservadores y liberales. Después de la Primera Guerra Mundial apareció una “vía media” entre estas dos posturas. Karl Barth, pastor suizo de trasfondo liberal, rechazo el liberalismo después de estudiar profundamente la carta de Pablo a los Romanos. Desde su nueva postura re-estudio la teología de Lutero y Calvino. Barth fue también influido por los escritos de Soren Kierkegard, el filósofo cristiano danés del siglo XIX. En 1919 Barth publico su Comentario sobre la Epístola a los Romanos, el cual tuvo un impacto decisivo. La teología de Barth fue conocida mas tarde como la “Neo-ortodoxia”, pues a pesar de tener como base la teología de la Reforma, también utilizaba la crítica bíblica de la escuela liberal. La influencia de Kierkegard se aprecia más claramente en el énfasis que Barth hace en cuanto a la experiencia viviente de la persona en oposición a las categorías estáticas de Aristóteles o al idealismo de Platón. Hacia el final de su vida, Barth rechazó mucho de la filosofía de Kierkegard.

Los teólogos conservadores criticaban a los neo-ortodoxos por no mantener pura la teología reformada y también por aceptar la teología liberal. A pesar de esto, la teología neo-ortodoxa asesto un golpe mortal al liberalismo, de tal manera que después de la Segunda Guerra Mundial la teología liberal de los primeros años del siglo XX casi desapareció.

Durante los últimos treinta años del siglo XX la teología noratlantica entro en crisis. El teólogo alemán Rudolf Bultmann asumió ola postura liberal y proclamo la necesidad de “desmitologizar” la Escritura. Bultmann sostenía que la Biblia contenía muchos mitos, los cuales debían de ser expurgados de ella con el fin de encontrar el mensaje “real”. Paul Tillich, otro teólogo alemán fallecido en 1965, fue influido profundamente por la filosofía existencialista, la misma que inspiro a Kierkegard. Tanto Bultmann como Tillich se interesaron mas en los existencialistas modernos (Martín Heidegger y Jean Paul Sartre) que en las tendencias del siglo pasado. En los 50’ y 60’ surge la llamada “teología existencial”.

El existencialismo penetro también en la Iglesia Católica, especialmente a través del filosofo francés Gabriel Marcel. El jesuita Pierre Theilhard de Chardin vinculo la teología con algunas preocupaciones científicas. Su obra es muy fecunda en cuanto a la aplicación de la teología a la creación y a la naturaleza.

La teología católica experimento un cambio a partir del Concilio Vaticano II en 1962 convocado por el papa Juan XXIII. El dialogo entre católicos y protestantes es muy intenso desde entonces. La teología católica es muy vigorosa pero no tiene dirección especifica. A pesar de los intentos del papa Juan Pablo II en el área de evangelización, el rumbo católico no es muy definido. Nombres como Hans Kung y Karl Rahner (Alemania), Yves Congar (Francia) y Edward Schillebeeckx (Holanda) no han sido emulados aun.

La teología conservadora ha sido criticada por ser muy estática y por estar comprometida con el status de los países noratlanticos. Entre los teólogos protestantes del noratlantico de mayor influencia en la actualidad se encuentran Jurgen Moltmann y Wolfgart Pannemberg (Alemania); Hendrikus Berkhof y G.C. Berkouwer (Holanda). Entre los teólogos conservadores de habla inglesa cabe destacar a Leon Morris, Bernard Ramm, Gordon Fee y Anthony Thiselton. Pero hasta ahora no ha surgido nadie de la estatura de Barth o de Tillich o de los conservadores Hodge o Warfield. A pesar de tantos años de influencia mundial, la teología occidental sigue esperando a un nuevo Lutero.

Tuesday, November 01, 2005

LIDERAZGO EMPRESARIAL



Los males endémicos empresariales

Fernando D’Alessio Ipinza, director general de CENTRUM Católica

El resultado de una investigación hecha en muchas empresas, no sólo del Perú, sino en diversos países, nos indica que algunos de estos 20 problemas estuvieron presentes en empresas que hoy no existen. Son los males endémicos empresariales y están enraizados en las empresas. Hay que combatirlos, detectando sus síntomas y eliminando sus causas.
La visión cortoplacista de la Alta Dirección buscando resultados en cifras visibles únicamente y no proyectar su organización al futuro.
Las barreras de comunicación y la escasa coordinación entre las áreas funcionales de la empresa que afecta seriamente a toda la organización, resultado casi siempre de una deficiente gerencia general.
El pensamiento de que la calidad cuesta y que es un aspecto táctico del departamento de control de calidad, sin evaluar realmente la verdadera inversión que representa y que su tratamiento debe ser eminentemente estratégico.
La carencia de trabajo en equipo dentro de cada área y entre áreas, resultado lógico del segundo mal, que destruye el concepto fundamental que la empresa es un todo y de todos.
El no contar con una misión y objetivos claros derivados de ésta que oriente los esfuerzos y escasos recursos de la organización.
El conformismo administrativo carente de innovación y el escepticismo de la Alta Dirección en las estrategias y tendencias modernas de la administración.
La falta de motivación y el descuido en la capacitación del recurso humano, elementos fundamentales en la calidad de una organización.
Evaluaciones basadas en el logro de metas numéricas, muchas veces que no tienen sentido, ni cuentan con soporte alguno y medición del desempeño del personal sin criterios de motivación.
Administrar por funciones y no por resultados.
Ausencia de principios morales y éticos en los diferentes estamentos del negocio.
No diferenciar lo que es un costo de lo que es un gasto, y cargar todo al producto con el lógico incremento de precios y perdida de competitividad.
No pensar en la empresa, su salud y futuro, resultado de una gestión personalista a todo nivel, soportado por exigencia de derechos e indiferencia hacia las obligaciones.
Pobre conocimiento a todo nivel de las capacidades materiales, personales, tecnológicas, administrativas, financieras, productivas, y logísticas de la organización.
No gerenciar al nivel de su competencia orgánica, desarrollando habitualmente funciones de menor nivel.
No creer en el planeamiento estratégico, aduciendo un entorno incierto, cambiante e impredecible, no evaluando la importancia especial que tiene el estar preparado especialmente en esos entornos.
Impaciencia al aplicar nuevas estrategias pensando en logros instantáneos.
La actitud defensiva de rechazo al cambio basada en el pensamiento de que se va a trabajar más con la misma paga, y no soportar su accionar en el orgullo del hacer las cosas bien y de ser parte integrante importante de la organización.
¡Hagamos algo!

Wednesday, October 26, 2005

LIDERAZGO


Punto de vista: 'On'--'Off' para vivir mejor
"El individuo debe tener muy claro que es su conocimiento el que está siendo contratado y que este tiene que enriquecerse constantemente"

Cada vez son más personas las que comentan que trabajan las 24 horas del día, pues tanto vía teléfono celular o Internet están siempre disponibles para los asuntos de su profesión.
Esto es cierto y lo será cada vez más para aquellos trabajadores cuyo desempeño se basa principalmente en su conocimiento; es decir, lo que produce su cerebro y que pueden ejercerlo cualquiera sea el lugar del mundo donde se encuentren, siempre y cuando estén 'on', es decir, "conectados virtualmente".
El hecho de que cada vez sean más personas estando 'on' 24 horas por 7 días está relacionado a los retos de lo que hoy llamamos economía del conocimiento y sus beneficios.
El Banco Mundial publica una interesante correlación entre mayores PBI per cápita y el índice de economía del conocimiento. A mejor lugar en el índice, mayor PBI per cápita. Este índice se basa en cuatro indicadores: régimen de incentivos económicos, educación, innovación y tecnología de la información y comunicaciones. En este índice no es de sorprender que países como Estados Unidos, Canadá, Noruega, Irlanda, Japón, Australia y Dinamarca sean los más destacados.
Este modo de trabajo virtual requiere de cambios tanto en el individuo como en la empresa. Sobre todo en las generaciones que están hoy en el sector productivo, pues las próximas entrarán con conocimientos y actitudes muy distintas.
El individuo debe primero gustar profundamente de su trabajo y debe gustarle tanto como para estar disponible y motivado todo el tiempo. Deberá tener muy claro que es su conocimiento el que está siendo contratado, y que este tiene que enriquecerse constantemente, pues lo que estudió queda obsoleto rápidamente. Por otro lado, hay que ser conscientes de que la empresa para la que trabaja (no necesariamente es de empleado/empleador, pues cada vez se ven más cadenas, asociaciones, etc.) no necesariamente le ofrecerá las facilidades para seguir desarrollando sus conocimientos.
El individuo tiene así que desarrollar una autodisciplina que le permita seguir aprendiendo (también puede ser virtualmente), desarrollar su trabajo 24 horas por 7 días con excelencia y sin perjudicar su vida en familia y en agrupaciones sociales. En pocas palabras, debe integrar todas sus actividades, haciendo 'on' y 'off' inteligentemente al mundo virtual, para lograr la calidad de vida deseada.
Pero este nuevo escenario también crea problemas para las empresas. Los empleadores deben idear una forma para atraer y retener a los mejores talentos, pues son tan virtuales como volátiles y cotizados en el mercado local y global. Debe implementar sistemas de gerencia, medición, reconocimiento y desarrollo con tanta flexibilidad como la que se le exige al individuo. Es decir, evaluación por resultados, flexibilidad en el horario (siempre y cuando no altere realmente los procesos de la empresa), etc.
¿Usted, amable lector, qué esta haciendo para vivir mejor en este mundo del conocimiento y de lo virtual?... ¿Y su empresa?
Carmen Rosa Graham
cgoopinión@gmail.com

Friday, October 14, 2005

¿BIBLIOTECAS VIRTUALES?


Google suspende el escaneo de libros sujetos a derechos de propiedad intelectual

Efe/San Francisco (EE.UU.)

Google anunció que ha interrumpido el escaneo de libros sujetos a derechos de propiedad intelectual en algunas de las principales universidades de EEUU para su ambicioso proyecto de crear una gran biblioteca digital.
El director del programa, Adam Smith, realizó este anuncio a través de un comunicado colocado en la web de la compañía.
"Creemos que la mayoría de los editores y autores preferirán participar en el programa", señala Smith, "pero somos conscientes de que no todo el mundo está de acuerdo, y queremos hacer lo posible para respetar sus opiniones".
Google interrumpirá el proceso hasta noviembre y ha pedido a las editoriales que notifiquen específicamente qué volúmenes no quieren que se escaneen, algo que ha molestado a la Asociación de Editoriales Americanas.
Patricia Schroeder, presidenta de esta organización, señaló en un comunicado que con este procedimiento Google "traslada la responsabilidad para prevenir que se infrinja la responsabilidad intelectual al propietario en lugar del usuario".
El proyecto de Google incluye el escaneo de libros de tres grandes universidades -Stanford, Harvard y Michigan,- además de volúmenes de, entre otras, la Biblioteca Pública de Nueva York (esta última sólo participa con trabajos de dominio público, en los que ha expirado el copyright).
Google no ha revelado cuántos libros ha escaneado desde que comenzó el programa hace ocho meses, ni cuánto tiempo tardará en completarlo.
No es la primera vez que el gigante informático recibe críticas. La asociación que reúne a las editoriales académicas de EEUU calificó el proyecto como una "infracción a gran escala de los derechos de propiedad intelectual".
La ley permite a Google escanear legalmente los ejemplares publicados antes de 1923, pero los libros recientes son más problemáticos.
Google causó estupor cuando anunció en diciembre del 2004 su plan para formar una gran biblioteca virtual donde se alojarían volúmenes de las principales universidades de EEUU y de Gran Bretaña.
Este acuerdo, que pondría a disposición del usuario a través de la red 15 millones de libros, no tiene parangón y es el proyecto más ambicioso que la empresa ha emprendido hasta la fecha.
La biblioteca virtual supone que cualquier usuario en cualquier parte del mundo con un ordenador con acceso a la red pueda, instantáneamente, acceder a los enormes recursos de estas instituciones para, por ejemplo, consultar un texto original del siglo XVII.
Al margen de las editoriales estadounidenses, las críticas también le han llegado a Google desde Europa, sobre todo desde Francia, donde muchos críticos creen que el proyecto de digitalización margina a lenguas diferentes del inglés.

Monday, October 10, 2005

SOCIEDAD Y POSTMODERNISMO


UNA REFLEXIÓN SOBRE EL POSMODERNISMO
Aclaraciones Preliminares

Al inicio hay un problema de definición. ¿Qué es el posmodernismo? Artículos recientes escritos por académicos norteamericanos, y publicados en el internet, muestran que este término se usa en distintos sentidos, que difieren de autor a autor. El sentido de “posmoderno” depende también de la disciplina académica que se está considerando. Es usado por economistas, sociólogos, y filósofos con frecuencia para referirse a una forma de pensar o actuar, y también es usado para describir movimientos artísticos y literarios. Muchos intelectuales contemporáneos han perdido la confianza en el vocabulario y discurso tradicionales. En forma desesperada y aislada, cada uno por su cuenta, buscan nuevos términos, métodos y formas de pensar y hablar. Las certezas y las autoridades se derrumban y la desintegración social e intelectual se acentúa. Ya nada es cierto, y cada uno tiene que buscar sus propios valores y fabricar su propia verdad.

La variedad de usos de “posmoderno” llevó a Christopher Borst de la Universidad de Toronto a decir que el término no tiene un significado fijo, o peor, que no tiene ningún significado, y por eso cada cual llena la palabra con el contenido que le quiere poner. Esto da un aire de misterio a este término, y muchos otros términos similares que se ponen de moda. El que se atreve a usarlos da la impresión que posee secretos que los demás no poseen, e implícitamente nos invita a ser parte del grupo privilegiado que puede oír de su boca lo que nadie más puede revelar. Sin decir nada, literalmente, pide la confianza del que le escucha. Ni él mismo ni él que le escucha sabe de qué se está hablando, pero no importa. El primero logró lo que quería, que alguien le prestara atención, y el segundo también siente que por fin le están dejando entrar a los secretos profundos. El ciego guía al ciego, y ambos corren el gran peligro de caer en el abismo. Dada esta situación, no debe ser sorpresa por qué nadie tiene una idea clara sobre el tema del posmodernismo, y cuando por fin leemos algo más o menos preciso sobre la materia, no nos satisface porque contradice lo que leímos la semana pasada.

John Fritzman de la Universidad de Cornell ofrece seis definiciones del posmodernismo, como resultado de su observación de cómo los intelectuales contemporáneos usan el término:

1. El conjunto de fenómenos culturales que constituyen el capitalismo contemporáneo.
2. Lo que se opone al modernismo, especialmente al capitalismo contemporáneo.
3. Lo que viene después de lo moderno.
4. El abandono del pensamiento lineal.
5. Lo ecléctico en las artes.
6. El pragmatismo anti-fundamental.

Fritzman comenta que los primeros dos sentidos se oponen y se contradicen, y que es posible ser posmoderno en los otros cuatro sentidos, o de una perspectiva de continuar lo moderno o de oponerse a lo moderno. Estas ideas se pueden simplificar tal vez en dos grandes alternativas: la promoción de lo último de las ideas económicas y tecnológicas por un lado, y por el otro, el rechazo de la herencia intelectual del período moderno, en búsqueda de algo mejor y más de acuerdo con la condición humana. Nos da, entonces, dos sentidos de posmoderno: lo ultramoderno y lo antimoderno. Fritzman escribió que no es posible ser posmoderno en ambos sentidos a la vez, pero esto dependerá de cómo se definen estas posturas en detalle. Vamos a explorar estas dos alternativas un poco más.

Para poder decir algo dentro del tiempo disponible, podemos simplificar drásticamente la historia de la civilización, reduciendo su complejidad a tres grandes épocas, que son la antigüedad, la época moderna y la época medieval que las separa. Desde esta perspectiva lo posmoderno es lo que vino al final de la época moderna, o después de ella, si se piensa que la época moderna ya terminó. Tendremos que establecer un marco cronológico, para aclarar de qué período precisamente se está hablando, y al hablar de algo posterior al período moderno, se tendrán que considerar las características que distinguen la civilización contemporánea de la de las generaciones anteriores.

Con estas aclaraciones, podemos delimitar la tarea con más precisión:

1. Hacer una breve descripción de la época moderna en contraste con las épocas anteriores.
2. Describir la postura posmoderna que se puede llamar ultramoderna.
3. Describir la postura posmoderna en el sentido antimoderna.
4. Finalmente intentaremos evaluar el posmodernismo.


1. Características Distintivas de la Época Moderna

Se acostumbra definir la época moderna como el período que comenzó en el siglo 16 o 17 y terminó en la segunda parte del siglo 20. Para ponerle más precisión cronológica, podríamos sugerir, como fechas simbólicas y representativas, dos momentos importantes en la historia de la ciencia y la tecnología, ya que una característica dominante del período moderno es el desarrollo tecnológico e industrial, basado en la ciencia aplicada. Recordando que estos eventos podrían ser sustituidos por otros, podemos definir aproximadamente la época moderna como el período en el desarrollo de la civilización europea que comenzó en 1610 cuando Galileo observó por el telescopio las montañas en la luna, las fases de Venus, y las lunas de Júpiter. La época moderna terminó cuando la Unión Soviética lanzó al espacio el primer satélite, el Sputnik I, el día 4 de Octubre de 1957, y comenzó la era espacial, dentro del cual se presentan los fenómenos posmodernos.

Geográfica y culturalmente, la época moderna fue caracterizado por la expansión europea hacia el resto del mundo, primero para explorar y conquistar, y luego para colonizar, extraer materia prima para sus fábricas, y vender sus productos. Esta actividad de explotación fue acompañado a veces por la evangelización y la educación de los pueblos que dominaban. Para el final del período las ideas y logros europeos ya se habían difundido a todas las demás naciones, y usándolas en contra de sus creadores, se puso fin al dominio europeo.

La época moderna fue caracterizado por las guerras más destructivas de toda la historia. Se inició en medio de las guerras religiosas entre los estados romanistas y protestantes en Europa. Todas las ciencias, lo mejor de la tecnología, el poder industrial y el poder económico de las naciones más fuertes, contribuyeron a refinar las técnicas de destrucción a través de la época. Este proceso culminó con la Segunda Guerra Mundial, que terminó después de la caída de bombas atómicas sobre las ciudades de Hiróshima y Nagasaki, los días 6 y 9 de Agosto de 1945. Más de 200,000 personas murieron en las dos explosiones y muchos más sufrieron como consecuencia directa.

Dos eventos políticos de gran trascendencia iniciaron la segunda fase de la época moderna. Estos son la separación de los Estados Unidos de Gran Bretaña con la Declaración de Independencia el 4 de Julio 1776, y la Revolución Francesa, que comenzó el 5 de Mayo de 1789. Los revolucionarios adoptaron el lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad, Ni Dios, Ni Rey”, y en nombre de la libertad y la diosa de la razón, llenaron París con sangre. El siglo diecinueve vio la separación de las colonias americanas de España, la unificación y expansión de Alemania en Europa Central, y la expansión del Imperio Británico por todos los mares. Alemania y Gran Bretaña finalmente se confrontaron en la Primera Guerra Mundial de 1914-18 involucrando a muchas otras naciones, y lo repitieron una generación después con la segunda. Durante la Primera Guerra Mundial la Revolución Rusa de Octubre de 1917 inició el período de desarrollo de los estados comunistas, pero los avances territoriales del comunismo fueron conseguidos por los ejércitos de Stalin y Mao Tse Tung, y no por las ideas de Karl Marx.

A comparación con la antigüedad y la época medieval, la época moderna se caracterizó por grandes avances en las comunicaciones, comenzando con el uso de la imprenta como medio de comunicación popular durante la reforma protestante. La revolución industrial hizo de los ferrocarriles, los barcos a vapor y los automóviles, medios comunes de transporte. Un escocés, Alexander Bell, que fue a vivir en los Estados Unidos, inventó el teléfono, y transmitió las primeras palabras con éxito el 10 de Marzo de 1876. En 1909, un italiano, Guglielmo Marconi, y un alemán, Karl Braun, compartieron el premio Nobel por desarrollar la radio. Otro escocés, John Logie Baird demostró el primer sistema viable de televisión en Inglaterra en 1926, en 1932 la BBC de Londres inició sus servicios públicos, en 1936 imágenes de los Juegos Olímpicos fueron transmitidos de Berlín a toda Alemania, y en 1939 la televisión fue demostrado en la Feria Mundial de Nueva York.

En cuanto a las ideas, la época moderna también se caracteriza por el dominio europeo. Los europeos entraron en contacto con todas las demás naciones y culturas y se impusieron sobre ellas por su superioridad militar, tecnológica y económica. Los europeos, y las personas de otras naciones que adoptaron su forma de pensar, muchas veces despreciaron la reflexión y cultura de los demás, considerándolas por debajo de su nivel. Los secretos de la economía y la tecnología estaban en inglés, y no se traducía, por lo general, la literatura técnica. Las obras de literatos, filósofos y teólogos europeos sí fueron traducidos a los demás idiomas, pero no hubo flujo similar del pensamiento no europea hacia Europa. El europeo presentaba una cara de uniformidad y superioridad al resto del mundo, y en gran medida el resto del mundo le tomó en serio y le creyó.

Sin embargo detrás de esta fachada hubo grandes tensiones intelectuales que se aumentaban a lo largo de la época moderna. En 1610 cuando Galileo describía los planetas por primera vez, los europeos estaban profundamente divididos entre católicos romanos y católicos protestantes. El mundo moderno nació del mundo medieval, y la civilización era una civilización cristiana. Fuera del mundo cristiano solamente existía gente perdida. Los grandes enemigos vecinos, los turcos, fueron reconocidos como civilizados, pero más allá de ellos vivían solamente salvajes. En 1610 el europeo todavía desconocía las demás civilizaciones pero en aquel tiempo, lo desconocido no le preocupó. En ambos lados de la división entre los dos tipos de cristianismo hubo humanistas, pero eran humanistas que o reconocían al papa o eran humanistas protestantes. No hubo tolerancia en ninguno de los dos lados para otro tipo de pensamiento. Esta situación cambió progresivamente a través de la época moderna.

En 1610 eran escasos los que rechazaban el cristianismo, pero poco a poco se abrió un espacio para el libre pensamiento y se estableció la tolerancia religiosa. Un nuevo humanismo que rechazaba la autoridad religiosa de Roma y de la Biblia se hizo popular. La nueva autoridad era el hombre mismo, y con cada avance científico, tecnológico, geográfico y filosófico la confianza en su propia capacidad para comprender y dominar el mundo crecía. Paulatinamente la idea que el hombre era la medida de todo se imponía. El hombre, orgulloso de sus logros, se burlaba de las fronteras, y se paró en los polos, en lo profundo del mar y, en 1953, un hombre de Nueva Zelandia, acompañado por otro de Nepal, lograron pararse en la cumbre del Everest, el pico más alto del mundo.

Mientras tanto, el cristianismo estaba en retroceso. De la mente humanista de Charles Darwin, después de dos décadas de titubeos, se divulgó, en 1871, una nueva explicación del origen del hombre y la población cristiana la asimiló. En esa fecha, todavía se utilizaba la cronología del Antiguo Testamento para fechar la historia universal. Una década después, los diccionarios bíblicos ya habían adoptado nuevas cronologías mucho más largas. Cuestionaron más y más la autoridad del papa de Roma en las universidades y en respuesta, cortó el diálogo y huyó a las neblinas del misterio litúrgico. En 1870 le quitaron sus territorios italianos y, en desesperación, se declaró infalible. Los teólogos protestantes, por su parte, comenzaron a criticar y despedazar la Biblia. Dejaron de creer en la revelación divina y pusieron su confianza y su mirada más y más en la experiencia religiosa. Mientras los misioneros romanistas y protestantes fueron a lo último de la tierra al lado de los soldados y los comerciantes, las autoridades tradicionales del cristianismo fueron casi abandonadas en los países de donde salieron. La civilización europea llegó al año 1957 agotada, insegura de sí misma y dividida internamente.

2. El Posmodernismo en el sentido de lo Ultramoderno

Todo lo que venía sucediendo en el mundo moderno sigue ocurriendo en el mundo posmoderno de las últimas cuatro décadas. Sin embargo, se pueden señalar algunos aspectos nuevos que son característicos del mundo contemporáneo. En algunas áreas de la vida, se pueden percibir cambios importantes que han afectado a todos de alguna manera, y han creado las condiciones que distinguen nuestra época de la época moderna, sin modificar la dependencia global de la ciencia aplicada.

La postura ultramoderna se caracteriza por el afán de gozar de lo último y mejor de la tecnología y comodidades que ofrece la era especial. A la vez se caracteriza por un desprecio hacia las personas, instituciones y regiones que no las tienen. En su peor forma esta actitud es egoísta y materialista. Las personas ultramodernas no pueden comprender a los que no comparten sus actitudes, y no tienen el menor deseo de intentarlo. No es necesario poseer los medios económicos y disfrutar de los bienes materiales deseados, para compartir esta actitud. Las personas ultramodernas son pragmáticas. Están dispuestas a hacer lo que sea necesario para conseguir lo que buscan. Desprecian el pasado y sólo miran hacia el futuro. Tradiciones de todo tipo les son irrelevantes. Su comunicación con los demás está solamente en función de sus propios planes y necesidades. La veracidad y la generosidad son para ellos debilidades para superar porque se constituyen en obstáculos para la eficiente consecución de sus metas. Respetan solamente la fuerza mayor, y no hay mucho espacio dentro de sus horizontes ni para amigos, ni para familia, ni para Dios.

Esta postura ultramoderna es el resultado directo del capitalismo que se ha venido desarrollando sin mayores controles durante todo el período moderno. Durante siglos se han sembrado las semillas y la cosecha es cada vez más grande y más alarmante. Los símbolos visibles son las torres de acero y concreto que se levantan en los distritos financieros de las ciudades. Entrar en ellas es para los privilegiados, y trabajar en ellas en forma permanente es someterse en forma permanente a la agresión de las actitudes ultramodernas. Para poseer un puesto de trabajo que le permite sentarse en una oficina amplia y lujosa encima de una de estas torres es necesario aprender y practicar sin titubeos el pragmatismo ultramoderno. Para ganar algo en esta región del mundo, parece que hay que estar dispuesto a vender el alma.

Algunas de las razones por esta situación han sido analizado exhaustivamente y no es necesario, ni posible, repetir los detalles aquí. Se puede observar que las organizaciones de este mundo ultramoderno son más grandes que las personas y no pueden ser controlados por ellas. Un director puede tratar muy bien a sus subordinados, pero ninguno dirige la política de la organización que tiene que ser llevado por las leyes impersonales de la oferta y la demanda. Las organizaciones comerciales y financieras trascienden las naciones de cuyas poblaciones se alimentan. Tienen más recursos que los gobiernos. Si son acusados ante tribunales en un país, trasladan sus actividades a otro. Si sus directivos sienten lealtad, compasión o remordimientos de conciencia, comienzan a dudar en el momento de tomar decisiones, y pronto son remplazados por otros más eficientes y menos escrupulosos.

La era espacial se caracteriza por la globalización de este sistema económico. Las torres de sus organizaciones comerciales y financieras están presentes en todas las ciudades grandes en todos los países. Sus normas y procedimientos se adoptan en todas las culturas, pero la gente que los adopta no se hace europea, sino solamente aprende las leyes de la oferta y la demanda. Estas leyes fueron explotados primero por europeos, pero como las leyes de la física y la tecnología industrial, pueden ser explotados por cualquiera que las entiende. Los europeos han criado y liberado este monstruo, y nadie hoy lo puede controlar aparentemente. El sistema penetra las culturas antiguas y trasciende las ideologías políticas. Ni el comunismo, ni el apartheid pudieron resistirlo. Promete prosperidad a todos y todas las naciones se están postrando a sus pies. El sistema económico mundial depende de, y promueve, lo último en las técnicas de comunicación. Los viajes ahora son en avión, y las comunicaciones internacionales son directas e instantáneas. De cualquier lugar se puede llamar por teléfono, enviar correo electrónico, o navegar en el internet. Cualquiera que tenga el dinero para comprar el privilegio puede usar esta tecnología.

Cualquiera puede ver también, por video, las últimas películas, y escuchar lo último de la música internacional, en pleno concierto, y para sí solo. Con los audífonos del walkman sobre los oídos, los pies pueden estar en la sierra, la selva o la playa, pero la cabeza está en un mundo privado de elección propia, compartido con millones de desconocidos en cualquier país que escuchan los mismos sonidos. Hay una tendencia general hacia la uniformidad, y el sincretismo, pero a la vez las personas se aíslan más el uno del otro, cada uno con su aparato electrónico. Gran parte de las palabras de la música popular internacional está en inglés, pero es difícil distinguir las palabras de las canciones y más difícil todavía traducirlas. No importa. El sonido de las palabras es más importante que su significado. Además, ya es permitido gritar, y hay que intentarlo. No te quedas satisfecho después, sino solamente triste, solitario y confundido. Se siente la necesidad de subir el volumen y gritar más fuerte.

3. El Posmodernismo en el sentido de lo Antimoderno

La generación que maduró en la década de los sesenta en Europa estaba desorientada y desilusionada con sus padres y sus antepasados. Ya no hubo fuerza entre los europeos para seguir dominando las demás naciones, y sus ideas comenzaron a fluir libremente hacia Europa, aumentando la confusión. Las bases tradicionales de la vida habían sufrido una erosión destructiva. Muchos estaban preparados a forjar sus propios caminos y hacer experimentos con el estilo de vida como nunca antes, y una minoría adoptó actitudes de oposición abierta a todo lo que se percibía como herencia del pasado. Los antimodernos, al igual que los ultramodernos, menospreciaban el pasado, y al igual que ellos querían gozar de ciertos de los bienes, especialmente los equipos electrónicos de uso personal. Sin embargo no estaban dispuestos a seguir la corriente de la mayoría y optaron por conservar su libertad, a pesar del sistema. Aceptaron el papel de minoría sin poder y se dedicaron a actividades propias.

Para esta minoría, la música, arte y literatura del pasado ya no servía y quería protestar intentando a crear alternativas. Se logró muy bien descargar las emociones pero se perdió el contenido, la coherencia, y la comunicación. En 1610 en Europa se bailaba en grupo, al estilo de la época. En muchos otros lugares del mundo también, la forma tradicional de bailar es en grupo. En el siglo pasado llegó a ser costumbre el baile de parejas. En la década de los sesenta se comenzó a bailar solo, como entre las tribus más primitivas de las selvas más oscuras. Por un tiempo la señal visible de esta protesta era el cabello largo y la tendencia unisexo en el estilo de vestir. Más allá de la moda, se inició la promoción agresiva de una nueva moralidad sin reglas y límites. Se inició también la importación de elementos exóticos de cualquier origen al arte, a la música, a la literatura y a la religión, y se impulsó deliberadamente el sincretismo de ideas y estilos de vida.

Ambos grupos, los ultramodernos y los antimodernos, sienten la desilusión total con la herencia cultural que la época moderna les ha dejado, y ambos grupos han decidido romper con el pasado. La mayoría optó por participar plenamente en el sistema económico porque no estaba dispuesta a sufrir la inseguridad y pérdida de bienes y oportunidades que una oposición radical a la sabiduría colectiva contemporánea implica. Este grupo calló su protesta abierta, y se sometió a las leyes del sistema económico. Cumplieron sus horarios y cobraron sus sueldos. Sin embargo en su cabeza estaban los mismos pensamientos de protesta, pero solamente en sus horas libres se dieron el lujo de practicar su liberación del pasado. El resultado para la civilización europea, después de tres décadas, ha sido desastroso. Las industrias de diversión han aumentado enormemente, y la inmoralidad también. Las iglesias están vacías, y las nuevas religiones y sectas se están multiplicando. La segunda generación posmoderna ya no protesta contra el pasado. No sabe que hubo en el pasado. Sus padres lo consignaron al olvido, y no leen libros, ni tienen el deseo de hacerlo. Están sin raíces, sin identidad clara y sin rumbo para el futuro.

De los antimodernos que persistieron en su protesta, no solamente contra el pasado, sino contra el sistema económico también, han surgido varios movimientos radicales. Algunos de ellos han sido movimientos políticos destructivos, pero la mayoría de los movimientos políticos posmodernos aboga por la paz y en contra de las armas sofisticadas. Otros se dedicaron a la ecología, donde ultramodernos y antimodernos se han juntado para crear una nueva perspectiva sobre nuestro planeta. Otros se dedicaron al arte, a la música y a la literatura. Algunos se dedicaron a la filosofía, a la vida académica y aún a la teología. En cada área de la actividad humana contemporánea ha surgido movimientos y corrientes de protesta y oposición que tienen sus raíces en el rechazo antimoderno del pasado y del sistema económico imperante.

El clima de protesta antimoderna ha promovido el fenómeno curioso de la comunicación incomprensible. Este fenómeno no es completamente nuevo, pero está generalizándose mucho más que antes. Los pintores usan los colores en una manera totalmente personal, y los músicos de la misma forma usan la voz humana y los sonidos. Los literatos escriben palabras con asociaciones que solamente el autor comprende plenamente. Estos estilos fueron creados deliberadamente por radicales, que querían romper con el pasado y buscar nuevos valores, guiados por sus emociones e instintos, y a veces bajo la influencia de estimulantes o drogas alucinogénicas. Repudiaron la idea que la comunicación clara de ideas era necesaria. De esta manera se ha dado un enorme impulso a la expresión libre, y el contenido y el significado han quedado atrás. Durante la época moderna la duda radical de todos los valores fue expresado solamente por algunos filósofos y excéntricos, pero en la actualidad posmoderna, se está propagando esta actitud a millones. Sin comprensión o análisis, muchos la aceptan, la imitan y la enseñan a otros.

Durante la época moderna, la física fue la ciencia que más descubrió los secretos ocultos del universo. Fueron las ideas y trabajo de Copérnico, Kepler, Galileo, Newton y las personas que les creían, que permitió la adopción general de la mentalidad científica. Fue la física que permitió la comprensión de la electricidad y el desarrollo de la tecnología electrónica que domina nuestra época. También fue de la física que vino la idea de la relatividad y el principio de la incertidumbre, ideas prominentes en la crítica posmoderna. Una de las ideas revolucionarias recientes, desarrollada para complementar la teoría de la explosión inicial, es que el universo es limitado, pero no tuvo un punto de origen. El físico Paul Davies, en su libro “La Mente de Dios”, escrito en 1992, sugiere que la idea es compatible con el panteísmo, pero no con el Creador de Génesis capítulo uno. La noción racionalista del panteísmo aparece frecuentemente en la crítica posmoderna, y en todas las áreas, desde las canciones populares y las películas, pasando por las sectas de la nueva era, hasta la mecánica cuántica.

La literatura posmoderna, en el sentido de “antimoderno”, ha desarrollado su propia terminología para los grandes problemas intelectuales. Los griegos intentaron describir el mundo físico y hablaban de lo que podría estar detrás de ello, de la metafísica. Les fascinaba el misterio del universo y especulaban sobre su origen, su naturaleza y su futuro. Estas ideas fueron heredados y desarrollados por los teólogos medievales quienes también especulaban sobre la metafísica, más allá del mundo físico. El período moderno comenzó con una nueva visión del cosmos, y hasta el fin del siglo pasado, esta visión científica del cosmos fue acompañado por un conocimiento general de la Biblia, por lo menos en países protestantes. Los filósofos, teólogos y científicos modernos hablaban de la cosmovisión, y también especulaban sobre el origen del cosmos, el cosmogénesis.

La crítica posmoderna no habla de la metafísica, y tampoco de la cosmovisión, sino del discurso y la metanarración. Cada uno pronuncia su discurso, y tiene derecho a hacerlo como quiere. La metanarración está detrás de los discursos y les da coherencia. Son proyecciones de la mente humana en un intento de manejar lo desconocido. Las metanarraciones se construyen a partir de los discursos y son relativos, dependiendo del ingenio del que analiza los discursos. Son instrumentos usados por los estudiosos para crear significado y coherencia que él que pronuncia los discursos no puede ver. Varias interpretaciones son permitidos y el que lee, crea el significado de las palabras que está leyendo, generalmente en forma inconsciente. Un ensayo de la crítica posmoderna radical, publicado en la revista “Irreverencia”, cita Nietsche, Heidegger, Foucault, y Derrida y termina con una definición de la filosofía: “El movimiento por el cual, no sin esfuerzo e incertidumbre, uno se separa de lo que se acepta como la verdad y busca otras reglas…”

4. Evaluación

Ahora intentaremos evaluar el posmodernismo a la luz de la revelación bíblica, y desde la perspectiva de la historia universal, como San Agustín y los reformadores protestantes evaluaron a sus contemporáneos.

1. Parece que las dos actitudes posmodernas, la ultramoderna y la antimoderna, tienen mucho en común, a pesar de sus opiniones opuestas del sistema económico imperante. Ambas posturas tienen sus raíces en el período moderno, y son productos del humanismo secular. Ambos son pragmáticos, definiendo las reglas y normas de conducta a partir de las circunstancias que se viven. Ambos niegan la existencia de autoridades, con la excepción de las fuerzas del mercado, por un lado, y el imperativo del sentir personal, por el otro. Ambos tipos de posmodernismo menosprecian el pasado e ignoran que su civilización surgió de una sociedad cristiana. Las palabras de Pablo vienen a la mente:
“… habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios …y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Ro.1:21,22,28)

2. Los dos tipos de personas posmodernas experimentan la contradicción de disponer de lo último de la tecnología de comunicación, pero viven una verdadera crisis de comunicación. El estilo ultramoderno de vida no tiene espacio para la lealtad a los amigos y a la familia, y solamente existen socios y competidores. A los demás se les trata como objetos, y en vez de formar relaciones duraderas con las personas se las utilizan solamente para conseguir las metas propuestas. Para el ultramoderno, en su tiempo libre, siempre se pone música de fondo, o los parlantes del walkman en los oídos. Aún cuando se baila en pareja la música es tan fuerte que corta la conversación, y se come solo, mirando video o programa de televisión.
El estilo antimoderno tal vez tenga más lugar para relaciones de amistad, por su tendencia menos formal, pero si se practica seriamente la comunicación incomprensible y la búsqueda de valores originales y propios, la separación de los demás es aún más profunda. Cada vez se habla más y se entiende menos. Todos hablamos pero nadie escucha, y ninguno entiende al otro. Cada vez los grupos que se comunican con facilidad entre sí son más pequeños y a la vez, más numerosos. Mientras se van eliminando las distancias culturales y se quiebran las fronteras raciales, imponiéndose la uniformidad y sincretismo posmodernos, al final podríamos quedarnos cada uno gritando a voz en cuello, y completamente aislado de los demás. Hace recordar lo que Cristo mando a decir a una iglesia:
“…tu dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tu eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Ap.2:17)

3. Una tercera observación, también algo paradójica, es que a la medida que se logra deshacerse de todo vestigio y memoria del pasado, las personas tienden a repetir precisamente los patrones de conducta ya conocidas en todas las etapas de la civilización. Se busca novedad espiritual y sólo se encuentra el viejo panteísmo y espiritismo. Se deshace de la tradición cristiana y se comienza a vivir como los antiguos romanos, griegos y egipcios. El antimoderno intenta a liberarse de toda regla y norma, pero el primer hombre también hizo esto. Lo único que logró era dañarse a sí mismo y condenar a su descendencia a la miseria y la muerte. Los posmodernos toman por guía formas de pensar y de vivir que se manifestaron claramente al final del período moderno. Sí hubieron mirado más atrás, hacia el inicio del período, habrían visto mejores modelos. Los contemporáneos de Galileo no habían eliminado todavía el temor de Dios de sus mentes, tenían la costumbre de asistir a cultos públicos y la palabra de Dios dominaba los medios de comunicación. ¿Es demasiado soñar que la humanidad podría volver a esos valores bíblicos, sin perder los avances científicos y tecnológicos de la época moderna?
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.” (Proverbios 1:7)

4. A pesar de sus logros tecnológicos, su notable progreso hacia la unificación de la raza humana, y sus enormes esfuerzos para crear ambientes cada vez más controlados y organizados a su gusto, el hombre posmoderno no logra escaparse de la realidad. La tendencia de globalización y las comunicaciones internacionales nos permiten ver que todos los hombres somos iguales, a pesar de las diferencias superficiales de costumbres y lengua. Todos los hombres son codiciosos, mienten, roban, asesinan y cometen adulterio. Cada vez es más común la rebeldía en contra de los padres, y el abandono de los ancianos a su suerte. En todo el mundo los hombres piensan que toda su vida y su tiempo les pertenece. Todos los hombres blasfeman, fabrican sus ídolos, e inventan sus propios dioses. Los antiguos diez mandamientos fueron dados por Dios a una nación hace muchos años, pero son válidos para todos los pueblos y todas las épocas. El hombre puede borrar el pasado de su mente y negar toda obligación hacia Dios y el prójimo, pero no puede cambiar la realidad de ser criatura. No puede vivir solo, porque Dios lo hizo para vivir en familias. No puede encontrar el mejor camino si extingue la luz de la revelación divina, y no puede evitar la audiencia final que le espera ante el trono del juez del universo. El antiguo predicador ya advirtió:
“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo bajo el sol.” (Eclesiastés 1:9)

5. En conclusión, tal vez tengan razón los críticos posmodernos que dicen que el hombre moderno está moribundo y su civilización está por derrumbarse. El hombre moderno progresó mucho; tanto que ya no cree en el Dios que se ha revelado en las escrituras. Hoy está dispuesto a aceptar cualquier mentira como verdad espiritual. El hombre que conquistó el planeta entero y logró pararse aún en la luna, está agotado, deprimido y ensimismado. Para este malestar, hay un solo remedio:
“…Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es él que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” (2 Co.4:6)



© Prof.Donald Smith Kennedy, Seminario Evangélico de Lima, 21 de Octubre de 1998

Thursday, October 06, 2005

RELIGION Y SOCIEDAD

JESUCRISTO A LA LUZ DE LOS ACONTECIMIENTOS MUNDIALES


Nota del autor: Esta fue una ponencia que presenté como parte de una reflexión desde el punto de vista religioso acerca de la persona de Jesús y su pertinencia para nuestra sociedad.


Ponencia
COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA
06 Setiembre 2003

Muy buenas noches damas y caballeros. Desde que fui invitado a participar en este panel mi pregunta principal siempre fue: ¿Cómo abordar un tema tan amplio y complejo a la vez? ¿Es posible expresar algunas opiniones con respecto a la situación mundial y no parecer un noticiero televisivo y relacionar todo esto con Jesucristo y no parecer un sermón religioso?

Propongo pues un acercamiento previo al tema desde tres puntos referenciales y luego contrastarlos con lo que Jesús dijo hace más de 2000 años en un célebre discurso que sintetizó su enseñanza con respecto al fin de los tiempos.

PRIMER REFERENTE: LA CULTURA Y SU ESPIRITUALIDAD POSTMODERNA

La palabra POSTMODERNIDAD originalmente se refirió a algunos movimientos relacionados con el arte y la arquitectura, los cuales reaccionaban ante un movimiento más definido llamado modernismo, el cual sucedió hace un buen tiempo atrás. Hoy, la palabra es usada en un sentido mucho más amplio que el original y se refiere a eventos o corrientes sociales de diverso origen y/o tendencia. El postmodernismo nace como consecuencia de la insatisfacción humana en encontrar respuestas científicas para los problemas humanos.

El modernismo investigó la tierra y el espacio; el postmodernismo investiga el cosmos (es decir todo aquello donde se supone que hay vida). El modernismo tuvo como herramienta a la física; el postmodernismo tiene como herramienta a la metafísica (la que se relaciona con ambientes y espacios no mensurables). En el modernismo se hablaba de ateísmo; en el postmodernismo se habla del sincretismo espiritual.

La globalización y el pragmatismo contrastan muy bien con el sincretismo ideológico y religioso y con la apertura al misticismo (búsqueda de la “sabiduría de oriente” y del “ser interior”). El ser humano pasó de la comunicación franca, abierta y verbal con sus semejantes a la comunicación masiva, acelerada y carente de sinceridad a través del e-mail o el chat. Incluso hasta hemos acuñado el verbo “chatear”. Finalmente podemos distinguir algunos de los elementos de una espiritualidad postmoderna, como son la búsqueda de lo exótico y especial, la hipercomunicación, el centralismo del “yo”, la búsqueda de “técnicas” para lograr el éxito profesional y personal y la necesidad de estimular nuestros sentidos.

Por su parte, la cultura, entendida como todos los modos de comportamiento socialmente adquirido que se expresa en las maneras de pensar, sentir, actuar y creer también han sufrido transformaciones en los últimos años. Basta con citar como ejemplo las celebraciones religiosas. Antiguamente dichas festividades eran usadas para la reflexión, el descanso y la celebración del culto público como expresión de nuestra fe. Hoy cada una de esas “celebraciones” se ha convertido en un pretexto para huir de la capital a un lugar secreto y alejado del bullicio pero no necesariamente para dedicarlo al reposo y la reflexión sino para hacer todo lo que no se hace regularmente.

La cultura, pues, ha sufrido un impacto con el postmodernismo y es un referente en nuestro análisis con referencia a Jesús.



SEGUNDO REFERENTE: LA IDEOLOGIA IMPERANTE (EL CAPITALISMO Y SU CONSECUENCIA DE POBREZA)

Fue Carlos Menem quien en 1995 dijo: “Es cierto que la pobreza es un problema, pero ya lo dijo Jesucristo, los pobres estarán siempre entre ustedes”. Cuando el entonces presidente argentino usó esta cita del evangelio para argumentar a favor de la imposibilidad de terminar algún día con la pobreza creciente en su país, muchos pensaron que se trataba de uno más de sus habituales dislates literarios. Sin embargo, otros creyeron que ese error era la muestra de un problema más profundo. Para estos últimos, las declaraciones de Menem mostraban una determinada manera de pensar acerca del destino del ser humano en los años que vienen. Esa frase era, en definitiva, el emergente de una cosmovisión. Lo más preocupante fue (y es) el notorio desafío, la contradicción flagrante de esta perspectiva con la doctrina cristiana.

El modelo neoliberal del norte entró en nuestro continente a comienzos de la década de los noventas con la oferta de beneficio para una coalición de clases favorecidas. La caída de la inflación parece ser la ventaja que ofrece el neoliberalismo a los asalariados. Esta es una ventaja real pero siempre va combinada con el deterioro del salario por vía de la precarización del empleo y la reducción de los beneficio sociales. El mercado, es decir, la combinación de oferta, demanda y lucro y no el acuerdo social con el estado como árbitro y garante se convirtió en la década pasada se convirtió en el que dictamina quién llegaba al bienestar y quién se quedaba en el camino de hacerlo. Este nuevo siglo nos trajo el cambio de rumbo económico. Políticas sociales de mayor compromiso práctico con sectores más necesitados están tratando de balancear el impacto que la estrategia capitalista ha dejado en nuestros pueblos.

Aunque sea difícil reconocerlo, la desigualdad económica Norte-Sur no ha variado mucho en los últimos años. Los países “en vías de desarrollo” siguen en esas vías y los países poderosos han aumentado su poder. Los movimientos migratorios hacia el exterior son muestra de ello. El 20% de la economía de El Salvador depende del dinero que envían compatriotas desde el exterior a familias que todavía viven en el país. No tenemos estadísticas claras en cuanto a nosotros.

TERCER REFERENTE: LAS CRISIS SOCIALES Y POLITICAS INTERNACIONALES

Algunos de nosotros, seres humanos, tenemos el loable deseo de que todos los que nos rodean piensen, reaccionen y vivan como nosotros, pues tenemos la enorme bendición de vivir en medio de un entorno de libertad, igualdad y de fraternidad tal como lo expresó el lema de la Revolución Francesa. Ese deseo nos lleva a veces a imponer nuestros deseos sobre otros usando la excusa de la búsqueda del bien ajeno.

Los problemas sociales se dan a partir de estas consideraciones. Durante años muchos misioneros cristianos han ingresado a países musulmanes con el fin de construir iglesias y “regalarles” la libertad del sistema democrático. En algunas sociedades eso ha dado resultado, pero en otras, ha tenido desastrosos resultados. Uno de estos últimos” se está llevando a cabo en el Medio Oriente. El Presidente Bush está atacando con toda su capacidad de fuego el territorio Iraquí y está imponiendo gobernantes y/o funcionarios para garantizar el orden de ejecución de un nuevo plan de paz y libertad para Irak. Este no es el primer caso de imposición y creemos que no será el último.

Llegamos a la pregunta clave de nuestra intervención: ¿Cómo ver a Jesús en medio de todo esto?

La respuesta la encontraremos, como dije en la revisión de su famoso discurso escatológico en el Monte de los Olivos
Ante todo hay que establecer un hecho. No creo de ninguna manera que el ataque de Estados Unidos a Irak y la consiguiente desaparición de Saddam Hussein sea el cumplimiento de alguna profecía apocalíptica.

El discurso de los Olivos presenta tres líneas teológicas bien definidas. La primera de ellas es el ANIMO. Día tras día nos encontramos con un panorama desolador: familias destruídas, jóvenes con vidas perdidas y pueblos enteros que sufren. Elaboramos nuevas estrategias para luchar contra todos esos enemigos pero día tras día nuestros esfuerzos parecen ser insuficientes pues la necesidad aumenta. Es aquí donde el elemento teológico de Jesús entra en acción. El cristiano no debe sentirse sorprendido por el incremento de la tensión social, natural o económica pues es Jesús quien ya nos lo anunció todo previamente. Esto de ninguna manera nos debe llevar a la impasibilidad o inamovilidad, sino que por el contrario fortalece la confianza de Dios deque preocupa por la salud de los suyos. El ánimo, frente a las desgracias sociales es no solo una característica del cristiano sino que es un mandato de Jesús.

El segundo elemento es el LLAMADO A ESTAR ALERTA contra todo tipo de movimiento, discurso, doctrina o teoría que nos desvíe del camino de la confianza en Dios o de los ideales del cristianismo. Ninguna teoría política, ningún discurso emotivo ni ninguna estrategia social merece ser seguida sin ningún tipo de reflexión a la luz de la Escritura. Todos los esfuerzos son buenos, pero ninguno es perfecto.

El tercer elemento es la conciencia del JUICIO, el cual no significa la espera de un acontecimiento final en un momento no definido; sino que significa la evaluación de cada uno de nuestros esfuerzos y acciones para ver si ellas están de acuerdo con nuestras creencias llamadas cristianas. Es fácil llamarse cristiano pero ser deshonesto, opresor con los empleados o incluso hasta ladrón de las vidas de otras personas.

A MODO DE CONCLUSION

El postmodernismo, el concepto de economía como algo más importante que el mismo ser humano y el contexto de tensión social dominan nuestro mundo en todas las esferas de la vida pública. Por medio de las comunicaciones globales no hay nación ni pueblo que no esté conectado con alguien más en alguna parte distante del globo. Este tipo de percepción ha consignado a Dios y a todo lo referente a El al olvido. Parece ser que ya ha madurado y ha dejado todas estas cosas al olvido.

El ser humano se enfrenta al futuro confiado en su propia habilidad para manejar cualquier dificultad que se le presente. Se hacen construcciones cada vez más adelantadas a su época; sin embargo, el temor y la incertidumbre no están muy lejos. Cada día se mejoran las tecnologías pero las calles se hace más peligrosas y los pobres se empobrecen cada día más.

Me parece interesante observar que es el mismo contexto al cual llegó Jesucristo hace más de dos mil años con su mensaje de reconciliación y confianza en Dios. Él observó la imposibilidad humana de encontrar un camino coherente de solución a sus necesidades. Nos mostró, con el ejemplo del sacrificio que sí se puede confiar en Dios y que una vocación cristiana de servicio a Dios es la que puede lograr cambios en nuestra sociedad.

¿Dónde está Jesús a la luz de los acontecimientos mundiales? Está aquí, junto a ti, en medio de las calles, en todo lugar en donde se le busca y se está dispuesto a oirle. El mundo cambió cuando Él vino, pero necesitamos recordar que mantener ese cambio es responsabilidad nuestra, y lo haremos solo si seguimos su ejemplo.